En materia económica, la democracia fue una época convulsa de recesiones y recrecimientos. De 1986 hasta 1992 tuvo lugar el crecimiento con Felipe González; de 1992 a 1997, una recesión que recreció con el Gobierno de Aznar, hasta que en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria.
Socialmente, la demografía quedó estancada con una alta esperanza de vida y un descenso de la natalidad, aunque gracias a la inmigración había un leve auge, pero la dinámica se frustró con la crisis, que conllevó la marcha de inmigrantes.
La familia nuclear adquirió nuevas estructuras como las parejas de hecho, familias monoparentales, matrimonios homosexuales, custodias de divorciados compartidas… La emancipación se ha alargado, lo que repercute en la edad a la que se tienen hijos.
También la incorporación masiva de la mujer al trabajo y a los estudios. La violencia de género se resaltó después de que durante la dictadura estos casos estuviesen fuera de atención. La religión comenzó a perder fuerza social, reafirmándose una sociedad laica en la que hay matrimonio civil, bautizos y comuniones laicos…