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Las operaciones militares

Las operaciones militares durante la Guerra Civil

El avance hacia Madrid (julio 1936 – noviembre 1936).

            Esta etapa se inicia con la sublevación militar en Marruecos y en otras áreas del país. El ejército dirigido por Franco era trasladado desde Marruecos a la Península con ayuda de la marina italiana y la alemana, y estaba compuesto por legionarios y regulares (moros). El objetivo era avanzar hacia Madrid, y consiguieron ocupar el occidente andaluz hasta Badajoz, que después de resistir, se consiguió reprimir y así establecer conexión con el norte.

            El ejército rebelde se desvió en su avance hacia Toledo para reprimir la reacción de los republicanos, que pudieron sofocar la sublevación militar dirigida por Moscardó, cuyas tropas estaban sitiadas en el Alcázar de Toledo.

            Una vez liberado el alcázar, se reinició el avance a Madrid. En octubre, los sublevados llegaron a las puertas de la capital, y Largo Caballero decretó la Movilización General: el pueblo madrileño protagonizó una gran resistencia levantando barricadas y luchando contra los sublevados al grito de “No pasarán”. El recrudecimiento de la situación impulso a Largo Caballero a trasladar el Gobierno, dejando Madrid al mando de la Junta de Defensa dirigida por el general Miaja, y el comandante Rojo, que controlaba la estrategia militar. El pueblo de Madrid, con apoyo de las Brigadas Internacionales y de las ayudas rusas, consiguió resistir el ataque de los sublevados. Tuvo gran importancia la Columna de Voluntarios de Durruti, un grupo de milicianos anarquistas.

            La etapa terminó con la marcha de los sublevados de Madrid, una victoria moral de los republicanos conocida internacionalmente.

La batalla de los alrededores de Madrid (noviembre 1936 – marzo 1937).

            Al no poder ocupar Madrid, los sublevados se centraron en atacar los alrededores con la idea de aislar la capital y cortar la comunicación con el Gobierno, ahora en Valencia.

            En febrero de 1937, tiene lugar la batalla de Jarama en la que los republicanos consiguieron paralizar el avance nacional, aunque no hubo una victoria definida.

            En este mismo mes, se produjo la Sangrienta Matanza de la Carretera de Málaga. El pueblo malagueño, que escapaba tras el avance hacia el sur de los sublevados y con la posterior ocupación de Málaga, fue bombardeado por la marina franquista desde la costa mientras huían en la carretera dirección a Almería. Como resultado, murió mucha población de todas las edades.

            Más tarde, en la batalla de Guadalajara en marzo de 1937, el Ejército Popular tuvo su gran victoria en la guerra ante los sublevados y sus apoyos italianos y alemanes.

La ocupación del norte (marzo 1937 – octubre 1937).

            Ante la dificultad para tomar Madrid, Franco decidió ocupar la zona norte, una zona de interés económico al poseer una gran industria siderúrgica y metalúrgica y ser una región minera. Los sublevados, que ya controlaban Navarra y San Sebastián, comenzaron bombardeando Vizcaya a partir de abril de 1937. En esta acción, la ciudad de Guernica fue bombardeada por la aviación Cóndor, de Alemania, episodio que fue recogido por la obra de Picasso como símbolo de la agresión fascista contra población desarmada. La noticia fue conocida internacionalmente gracias a que el cuadro fue expuesto en la Exposición de París.

            En julio, Bilbao y País Vasco fueron tomados, de igual manera que Oviedo y Asturias entre agosto y octubre, y entonces el objetivo pasó a ser Cataluña.

            En un intento frustrado de distraer el avance de los sublevados, los republicanos atacaron Brunete y Belchite para quitar presión en el norte al ver la gran represión franquista.

El avance hacia el Mediterráneo (noviembre 1937 – junio 1938).

            Tras la caída del norte, los republicanos decidieron reorganizarse para hacer frente a los sublevados. El ejército republicano, al mando del comandante Rojo, comenzaron a avanzar hasta a tomar Teruel, ocupación que fue rápidamente perdida.

            En marzo de 1938, los sublevados emprendieron la campaña de Aragón: avanzaron hasta Vinaroz (Castellón), abriendo un pasillo con entrada al Mediterráneo que dividió la zona republicana en dos: el norte catalán y el Gobierno en Valencia. Así, el ejército franquista se fue extendiendo tanto por norte como por el sur.

Batalla del Ebro y ocupación de Cataluña (julio 1938 – febrero 1939).

            A pesar de sus derrotas, el ejército republicano emprendió desde Cataluña una ofensiva hacia el sur, sobre el río Ebro, para recuperar Gandesa, Mora del Ebro, Ascó… para volver a unir las zonas republicanas.

            En un principio lo consiguieron, pero Franco aumentó sus tropas, y entre julio y noviembre de 1938 tuvo lugar la sangrienta batalla del Ebro, con un saldo de más de 100.000 muertos. El ejército republicano comenzó a retroceder ante el avance nacional, y para diciembre, perdieron todas las zonas reconquistadas. Las tropas republicanas quedaron mermadas y desorganizadas, por lo que la ocupación de Barcelona resultó rápida para Franco, que finalizó su ocupación a finales de enero, y en febrero Cataluña entera. Con la caída de Gerona, se produjo la huída a Francia de miles de refugiados, entre ellos Azaña y los miembros de la Generalitat.

Última etapa y fin de la Guerra. (febrero 1939 – 28 de marzo 1939).

            La República estaba cada vez más débil, solo le quedaban territorios de alrededor de Madrid, Almería, Castilla la-Mancha, Valencia, Alicante y Murcia.

            Tras el exilio de casi todo el Gobierno, Negrín hizo un esfuerzo por reorganizar el ejército republicano para aguantar. Sin embargo, el 5 de marzo, Segismundo Casado, que dirigía el Consejo de Defensa de Madrid, protagonizó un golpe de estado contra la República. Este, junto a Julián Besteiro, había negociado con espías franquistas el fin de la guerra y una “paz honrosa con los republicanos”. Para ello, tuvo que controlar Madrid tras una fuerte lucha contra comunistas.

            Franco solo aceptó la rendición sin condiciones, y el 28 de marzo, sus tropas entraron en Madrid sin resistencia. Julián Besteiro le entregó el poder tras la huida de todo el Gobierno.

            El 1 de abril, considerado “El día de la victoria”, Franco firmó el último parte de guerra en Burgos, y la Guerra Civil terminó. Días después, el ejército ocupó toda la zona mediterránea.