
Dado el fracaso de la Dictablanda tras la victoria republicana en los plebiscitos municipales el 12 de abril de 1931, especialmente en la ciudad (al contrario que la preferencia monárquica del mundo rural), en la localidad de Eiber (Guipúzcoa) la gente se manifestó eufóricamente a favor de la república después de años de corrupción y manipulación política. El movimiento pacífico se extendió por Barcelona, Valencia, Sevilla… y Alfonso XIII, tras una reunión con el Gobierno, decidió suspender el ejercicio del poder real exiliándose con su hijo Juan de Borbón sin abdicar.