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El bienio conservador

Propaganda de la CEDAEl Bienio de derechas, llamado Bienio Negro por los izquierdistas, supuso la llegada de partidos conservadores al poder y la paralización de todas las reformas.

Para las elecciones de noviembre de 1933, la izquierda no triunfó debido a su desunión y al descontento social. Los partidos más votados fueron la CEDA y el Republicano Radical, que, junto a otros partidos republicanos como el de Alcalá Zamora, que rechazaba a Gil Robles por sus tendencias monárquicas y fascistas, se unieron y formaron Gobierno. Lerroux quedó como presidente, aunque realmente Gil Robles siempre dictaminó lo que Lerroux debía hacer. Este ponía como pretexto a la unión con un partido monárquico la intención de acercarse a las clases más católicas.

Se paralizó la reforma agraria, las expropiaciones de tierras mal cultivadas fueron devueltas a sus propietarios y la congelación de arrendamientos fue anulada, permitiendo la libre contratación. Se suprimió la reforma religiosa: se entabló relaciones con la Santa Sede, restituyeron a los jesuitas y se volvió a establecer la enseñanza religiosa y se propuso un presupuesto para mantener el culto y el clero. Se estipuló la amnistía para todos los encarcelados por el golpe de Sanjurjo. Las medidas educativas no se hicieron por falta de presupuesto, y en cuanto a las reformas del Estado centralista, el estatuto catalán fue aceptado, pero el vasco se frenó.

Los dos años de gobierno conservador provocó una reacción del pueblo, alentada por la CNT. En el socialismo aparecieron dos vertientes: la de Largo Caballero, que optaba una vía revolucionaria, y la de Indalecio Prieto, que proponía negociaciones con republicanos para formar una coalición contra los conservadores en las próximas elecciones. Las huelgas se sucedieron y fueron reprimidas por la Guardia Civil, el ejército y la Guardia de Asalto

Gil Robles obligó a Lerroux que incluyese a tres miembros de su partido en el equipo de Gobierno, y el Presidente cedió, lo que fue percibido como un golpe bajo a la República por el PSOE. Se produjo un gran movimiento huelguístico para octubre de 1934, especialmente en Asturias y Cataluña, que fue duramente reprimido.

  • En Asturias, los mineros de Oviedo y alrededores tomaron los medios de comunicación y de transportes, destituyeron a los alcaldes e impusieron el comunismo libertario durante 10 días. La Legión, dirigida por el general Franco, sofocó la situación dando lugar a más de 1000 mineros y 500 militares muertos y más de 5000 detenidos, muchos de ellos fusilados en masa.
  • En Cataluña, el levantamiento fue respaldado por la Generalitat de Lluis Companys. El 6 de octubre de 1934, Cataluña vuelve a proclamar la República Catalana en protesta de la entrada de las tendencias monárquicas y fascistas de la CEDA en el Gobierno, y se inició una manifestación que terminó con la represión del ejército y el encarcelamiento de Lluis Companys, de toda la Generalitat, de Largo Caballero y de Azaña.

Las consecuencias de esos sucesos fueron:

               - La suspensión de la Generalitat y la supresión de los estatutos de autonomía.

               - El fortalecimiento de la CEDA y el cumplimiento de la política conservadora.

Durante los siguientes años, la CEDA siguió dando su giro conservador al Gobierno Republicano: anuló el matrimonio civil y el divorcio, prohibió las expropiaciones de las tierras de la Iglesia y de los terratenientes y estableció el impuesto que mantenía al clero y el culto.

Pero esta política fue interrumpida por dos sucesos de corrupción:

  • El caso Straperlo. En 1935, Strauss y Perel Lowan intentaron introducir en España unas ruletas trucadas, y sobornaron a miembros del partido de Lerroux para que no denunciaran el fraude. El conocimiento del caso supuso un gran escándalo.
  • El caso Nombela. Antonio Nombela, el inspector de colonias, destapó la estafa de una compañía colonial española que, colaborando con políticos, exigió una indemnización tras la pérdida fingida de un barco perdido.

Los escándalos de corrupción más las malas relaciones entre cedistas y radicales, llevaron a la dimisión de Lerroux para septiembre de 1935. Hasta que Alcalá Zamora convocase elecciones para febrero de 1936, hubo dos presidentes de partidos republicanos en el poder.